

“Cada vez que me cuentan lo mal que está el mercado inmobiliario español y lo difícil que es alquilar un piso en España, respondo lo mismo: ¿Sabías que algunas agencias cobran por ver un piso?”. Esto es lo que responde Daniel Hombrados, un experto inmobiliario español, cada vez que alguien le saca este tema. Y no, Hombrados no está exagerando. Pasa en EEUU, continuamente, y aunque parezca una anécdota que alguien te cuenta en un bar mientras tomas un café, en este caso tiene nombre y es real: Janice, una joven recién llegada al Estado de Carolina del Norte desde Barcelona, se encontró de frente con esta práctica al buscar un piso.
Tal y como narra Daniel Hombrados en su ‘newsletter’ ‘Mandanga Inmobiliaria’, después de semanas infructuosas recorriendo anuncios, Janice finalmente encontró una vivienda que parecía ajustarse a sus necesidades. Al contactar con la agencia, recibió una sorpresa desagradable: le exigieron 50 dólares por el simple hecho de visitar el inmueble. “Pensé que había entendido mal, pero no. Tenías que pagar solo por entrar a ver si te gustaba o no”, relató.
Daniel también es protagonista de esta historia sin buscarlo. “El caso es que Janice quería alquilar un piso a través de ellos y una parte del proceso era pedir referencias a caseros anteriores. Antes de darles las referencias, miré la documentación en detalle. Y flipé. No sé si me adjuntaron todo por error o para que viese que el tema iba en serio, el caso es que me vino de perlas para entender cómo maltratan al candidato allí”, explica.
“En primer lugar les cobraban 50 dólares solo por participar en el proceso de selección del inmueble. Y, tanto si eran elegidos como si no, ese dinero no se devolvía. Lo dice bien clarito en el mail que me enviaron, non-refundable”, sostiene.
Pero la historia no acaba ahí, tal y como sigue relatando Hombrados. “Tras llevarse 50 dólares ‘by the face’ les hacían registrarse en una plataforma para declarar si tenían mascotas y qué tipo de mascota era. Después de lo de las mascotas venían varios documentos en los que no merece la pena detenerse, como el típico de solvencia donde autorizas que puedan solicitar todo tipo de información. Y, por último, me pedían que respondiese todas estas preguntas de cuando le alquilé el piso a Janice: en amarillo me marcaban que lo hiciera rapidito, que no estaban para perder el tiempo”, explica el experto inmobiliario. Finalmente, Hombrados contestó al mail con críticas positivas hacia Janice.
¿Qué el el ‘application fee’?
La práctica de cobrar una tarifa por visitar un piso en EEUU es conocida como “application fee” o “rental application fee” en el mercado de alquiler. Aunque varía según el estado y la ciudad, el propósito principal es cubrir los costos administrativos asociados al proceso de evaluación de los posibles inquilinos o compradores. Estas tarifas pueden incluir la verificación de antecedentes, la revisión de la solvencia crediticia y el procesamiento de la solicitud. Aquí te detallo algunos aspectos importantes:
1. Cuánto se cobra y quién lo solicita
Las tarifas suelen oscilar entre 10 y 50 dólares (entre 9,1 y 45,8 euros al cambio actual), aunque en mercados competitivos como Nueva York o California pueden ser más altas.
Normalmente las solicitan los propietarios o las agencias inmobiliarias que gestionan las propiedades.
2. Cobro en alquileres frente a compras
En el mercado de alquiler, es común pagar una tarifa por cada solicitud presentada para alquilar un piso, especialmente si se hace a través de plataformas o agencias grandes.
En el caso de las compras, es menos frecuente. Sin embargo, algunos agentes inmobiliarios también cobran tarifas para visitas a propiedades de alto valor como una medida para filtrar interesados serios.
3. Críticas y regulaciones
Hay críticas porque algunas agencias aprovechan el sistema y cobran tarifas excesivas sin garantía de alquiler.
En respuesta, algunos estados como California y Nueva York han implementado regulaciones para limitar el importe que se puede cobrar y asegurar que solo cubra los costos reales de procesamiento.
4. Alternativas y tendencias recientes
En algunos mercados, comienzan a surgir servicios de verificación universal, donde los interesados pagan una sola vez por un informe que pueden presentar en múltiples propiedades, reduciendo así los costes.
En EEUU, varias plataformas y empresas inmobiliarias aplican tarifas para los interesados en alquilar propiedades, conocidas como ‘application fees’. Estas tarifas buscan cubrir los costos administrativos asociados con la revisión de antecedentes y la solvencia financiera de los potenciales inquilinos. Aunque son comunes en el mercado del alquiler, su implementación ha generado controversias, ya que representan un gasto adicional sin garantía de éxito en la obtención del inmueble.
Entre las plataformas más destacadas, Zillow cobra unos 29 dólares (cerca de 27 euros) por solicitud a través de su servicio Zillow Rental Manager, permitiendo a los usuarios reutilizar el informe durante 30 días para otras aplicaciones. Realtor.com y Apartments.com siguen un modelo similar, donde los interesados suelen pagar entre 25 y 50 dólares por cada solicitud, dependiendo del estado y las políticas del propietario. Estas tarifas incluyen informes crediticios y verificación de antecedentes.
Por su parte, empresas de gestión de propiedades como Greystar, AvalonBay Communities y Equity Residential también imponen tarifas de solicitud, que generalmente se sitúan entre 35 y 50 dólares. Mientras, plataformas como Redfin, especializadas en compra de viviendas, también gestionan alquileres con tarifas aplicadas por los agentes o propietarios, lo que refuerza esta práctica extendida en el sector. Las críticas han impulsado en algunos estados la regulación para limitar los importes y hacerlos más transparentes.
Esta práctica no es común en la mayoría de los países europeos, donde las regulaciones tienden a proteger más al consumidor en el proceso de alquiler. Sin embargo, con la digitalización del sector inmobiliario, podrían aparecer tarifas similares en algunas plataformas si no están reguladas explícitamente. Esta tendencia genera debate sobre la transparencia y la accesibilidad al mercado de la vivienda, planteando dilemas sobre si tales pagos benefician o perjudican a los inquilinos y compradores potenciales.
Una práctica que no es legal en España
El cobro por visitas no es solo una curiosidad costosa; es también una práctica que vulnera la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), la cual establece que los gastos de gestión inmobiliaria deben ser asumidos por el propietario, no por el inquilino. Pese a ello, algunas agencias continúan aplicándola bajo pretextos como la selección de candidatos serios o la compensación por el tiempo invertido en las visitas.
La experiencia de Janice no es un hecho aislado. El mercado del alquiler en Barcelona está plagado de prácticas consideradas abusivas, como la retención injustificada de fianzas o la inclusión de cláusulas que obligan a los inquilinos a pagar impuestos o seguros que legalmente debería asumir el propietario. La escasez de vivienda asequible y la alta competencia generan tal presión que muchos aceptan términos desfavorables por temor a perder la oportunidad de alquilar. Y las regulaciones que está impulsando el Gobierno tampoco están logrando revertir la situación.
Aunque las asociaciones de consumidores y colectivos de inquilinos llevan años denunciando estas situaciones, las medidas regulatorias existentes no siempre son suficientes para corregir los desequilibrios. El cobro de una cantidad económica por una visita es un ejemplo extremo de cómo se ha normalizado el desequilibrio de poder entre arrendadores y arrendatarios.

Al final, esta anécdota se convierte en un símbolo de un mercado que parece premiar las prácticas dudosas. Tal vez la próxima vez que te cuenten lo difícil que es alquilar en España puedas responder: “¿Sabías que te pueden cobrar solo por mirar?”.
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