Si eres de los que solo con pensar en una estantería lista para montar se te viene el mundo abajo, imagina lo que tiene que ser armar una casa completa empaquetada por la gran firma sueca. Delirante, pero mucho más cerca de lo que se esperaba gracias a dos estudiantes de arquitectura danesas, a quienes Ikea encargó el desafío de crear una casa que fuese tan ‘sencilla’ de embalar, abrir e instalar como el resto de sus muebles. No solo eso, sino que debía ser una estructura universal, adaptable a cualquier lugar y modo de vida de la Tierra; y, por supuesto, usando la menor cantidad posible de materiales, para que sea lo más económica posible.
Ikea invitó a Johanne Holm-Jensen y Mia Behrens a realizar un proyecto de seis meses en Space10, un laboratorio de desarrollo y diseño de un modo vida más sostenible, con sede en Dinamarca. La misión era clara: crear una estructura habitable para una vida más económica y versátil, al más puro estilo del catálogo de la empresa. Con un sector de la construcción que afronta profundas transformaciones con la robotización o la impresión 3D, la marca sueca ha decidido no quedarse al margen y sumar su apuesta particular para el futuro de la vivienda, que pronostica ser mucho más sostenible y económica que antaño.
El proyecto desarrollado por estas dos estudiantes danesas ha sido bautizado como Building Blocks. Ambas han conseguido con éxito crear un microhogar funcional por 9.400 dólares (casi 8.000 euros), a 193 dólares el m2 (unos 163 euros). Se puede decir que han cumplido con éxito el objetivo que les había marcado Ikea, ya que se trata de una casa de código abierto: los planos se pueden descargar libremente y fabricarse localmente, a un precio bajo. Este diseño de dominio público fue elaborado para que la casa pudiera levantarse de forma flexible en distintas regiones del mundo: Building Blocks no solo podrá descargarse y funcionar tanto en el norte como en el sur, sino también modificarse para que el arraigo sea mayor.
Simplicidad y honestidad
Building Blocks debe adaptarse a todo tipo de paisaje y cultura, lo que implica ser versátil desde el punto de vista funcional o climático y también estético. Esto ha llevado a las diseñadoras a trabajar mucho una estructura que pudiera funcionar en distintos terrenos, con un aislamiento y una ventilación encajables en las distintas variables del clima. También se debía cuidar la parte visual: la humanidad es muy heterogénea y al seguir ciertos cánones locales se corre el riesgo de crear una estructura que desentone con determinados entornos y que parezca fuera de lugar.
Por ello, Holm-Jensen y Behrens decidieron que la única forma de cumplir cada uno de estos complejos requisitos era reduciendo toda la estructura a una forma muy simple. La simplicidad garantiza que Building Blocks encaje en distintas culturas y paisajes, sin que se vea como un elemento extraño. Además, deja la puerta abierta a futuras adaptaciones y modificaciones contractuales una vez sean descargados los planos, en función del lugar y las necesidades. Esto es algo muy habitual en la filosofía de la arquitectura de código abierto, donde los diseñadores ceden al público un modelo sencillo, a modo de masa madre, para que pueda personalizarlo y transformarlo a su gusto.
“Para Building Blocks, priorizamos una arquitectura honesta”, explica Mia Behrens. Con esto quiere recalcar que en su estructura no se oculta nada: la casa es lo que ves. Al tratarse de un hogar que los propios usuarios se construyen, las diseñadoras han optado por exponer los elementos de construcción, para que todo sea más fácil de ubicar y ver, desde las columnas de soporte hasta las vigas que se encuentran en el suelo y las que sujetan el techo. La casa no tiene ningún secreto, lo que ayuda a que sea bastante intuitiva a la hora de montar la estructura.
¿Qué hace que sea tan versátil?
Pongamos que dentro de unos años nos bajamos los planos de Building Blocks, nos calzamos unos guantes y un casco de obra… Y entonces, ¿qué? Muchas casas de código abierto se enfrentan a este inconveniente: aunque los planos sean de dominio público, no siempre está al alcance de los usuarios ejecutarlos. Sin embargo, este proyecto ha sido elaborado con una sola máquina, una fresadora CNC, de fácil acceso y asequible al bolsillo. También se ha utilizado un solo material: madera contrachapada, certificada por el Consejo de Administración Forestal y uno de los materiales de construcción más habituales en la actualidad.
Así, con solo una herramienta y una materia prima, Building Blocks se presenta como uno de los proyectos prefabricados más accesibles del mundo. Gran parte de las viviendas y espacios construidos hoy con fresadoras CNC no son tan versátiles ni tan fáciles de adaptar. Se trata de una estructura cuya longitud es ajustable, lo que quiere decir que se puede construir para una familia de dos personas o para un campamento de 100 niños. Las fachadas siempre pueden elaborarse o revestirse con distintos materiales, lo que permite a la estructura adaptarse a distintos escenarios climáticos.
En definitiva, puede adaptarse a distintos espacios y situaciones. Los constructores no solo acceden a los planos y los modifican a su gusto, sino que la propia estructura se puede transformar una vez edificada, para satisfacer nuevas necesidades. Casi tan fácil como desmontar y volver a montar los muebles de Ikea, eliminando o añadiendo piezas nuevas al conjunto, un hecho que sin duda va a entusiasmar a todos los ‘Ikea hackers’ del momento.
(Fuente: Idealista)